Intentar e intentar con todo el esfuerzo del mundo bajar de peso, pero no conseguirlo. O conseguir bajar a penas unos gramos o kilos, pero recuperarlos nuevamente, y con unos vengativos extras. ¿Te suena?
Pues recientemente se ha comenzado a hablar de una nueva teoría que intenta demostrar por qué algunas personas parecen no poder perder peso a pesar de intentarlo con insistencia mediante dietas y ejercicio. Louis Aronne, experto en obesidad en el Hospital Presbyterian de Nueva York [Weill Cornell Medical Center], explica en un artículo de la revista Forbes que los científicos finalmente están encontrando respuesta a este «misterio».
¿Y qué han descubierto? La verdad es que la respuesta es muy sorprendente: años de comer —y comer en exceso—, la típica dieta estadounidense realmente produce cambios en el cerebro. Más específicamente, daña las vías de señalización en el hipotálamo, la parte del cerebro que regula el metabolismo.
Aronne explica que la evidencia es muy convincente: «Comer alimentos que engordan hace que células inflamadas entren en el hipotálamo. Esto produce una sobrecarga en las neuronas, causando un daño neurológico». Un estudio pionero en el British Journal of Nutrition publicó en febrero de 2013 una investigación titulada «Relationships between dietary macronutrients and adult neurogenesis in the regulation of energy metabolism», que trata precisamente esta teoría sobre el daño hipotalámico, abriendo de esta forma el camino a nuevas estrategias en la pérdida de peso.
Un equipo de científicos de la Universidad de Liverpool analizó en su investigación diferentes tipos de dietas para perder peso. Una de los resultados que extrajeron fue que una dieta alta en grasas saturadas y carbohidratos simples pone en marcha una reacción en cadena de la disfunción metabólica, donde se ven implicada la regulación del apetito por medio de las hormonas leptina (reduce el apetito) y grelina (lo aumenta).
Otro de los otros resultados extraídos demostró que una dieta alta en carbohidratos grasos dio lugar a alteraciones en la plasticidad estructural, es decir, cambios en el cerebro. «Con el tiempo, consumir demasiadas calorías simples (grasa y azúcares) daña los nervios que llevan las señales a través del hipotálamo, lo que afecta a la función de la leptina y la grelina y, por lo tanto, la capacidad del cuerpo para regular el peso y el metabolismo», dice Aronne. En otras palabras, el cerebro está fuera de control y ya no se puede confiar en los mensajes que se le envían sobre el apetito, el hambre y la saciedad.
Entonces, ¿qué es lo que funciona para bajar de peso?
Cambiar de dieta, y hacerlo rápido. «Se trata de biología», dice Aronne. A pesar de que algunos daños en el hipotálamo pueden ser permanentes, es posible revertir gran parte de ellos. Si se consume comida con menos grasa, las células que entran en el hipotálamo no están inflamadas, reduciendo así el daño medio. No importa que se siga o no una dieta específica; basta con reducir el consumo de calorías, grasa y carbohidratos simples.
Hay muchas dietas que se pueden hacer en cualquier caso. No hay razón por la que no probar seguir una y ver si funciona aún mejor. Pero recuerda siempre trabajar con tu cuerpo, no contra él (refiriéndose a dietas exigentes y muy restrictivas). Siendo razonables con la configuración de la dieta y no sometiendo nuestro cuerpo a niveles de sufrimiento por reducir la cantidad de alimento o por moderar en exceso el tipo de productos alimenticios, conseguiremos mejores resultados.
Otra forma de mejorar la salud y perder peso es intentando revertir el daño causado. La investigación de la Universidad de Liverpool determinó también que los ácidos omega 3, conocidos por ser beneficiosos para la salud del cerebro, tienen un impacto muy positivo en la reversión del daño. El aceite de pescado también parece modular algunos de los efectos negativos de las grasas saturadas y carbohidratos.
En efecto, esto significa que el cambio a una dieta saludable puede curar el daño hipotalámico que está haciendo estragos en el hambre y la saciedad de muchas personas. Según publica Aronne en su libro The Skinny: The Ultimate Guide to Weight Loss Success (2010), una dieta sana y saludable cuenta con carne magra, mucho marisco, mucha fruta y verdura, y granos no refinados. También hay más información sobre el doctor Aronne y sus puntos de vista sobre la señalización cerebral y pérdida de peso en la web de Colegio Médico Weill Cornell.
Pero la clave del éxito reside en el tiempo. La pérdida de peso permanente requiere de tiempo. Muchas de las personas que han perdido peso tras mejorar su dieta, lo han recuperado tras uno o dos años. La ciencia sugiere que el principal problema es que el sistema de envío de señales metabólico del cerebro necesita mucho tiempo para sanarse.
Artículo traducido parcialmente y adaptado por Mundo Fitness. Fuente original: Forbes
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