Aunque realizar un deporte es bueno y saludable para todos, en algunas etapas de la vida se vuelve más complicado y puede pasar a un segundo plano. Para aquellas mujeres que son madres, resulta más difícil coordinar horarios, encontrar el momento, organizar las actividades de toda la familia o simplemente priorizar el entrenamiento dentro de su rutina diaria.
Hacer ejercicio no solo les permite a las mamás perder el peso ganado durante el último embarazo o recuperar el cuerpo que tenían el verano pasado, sino que además les brinda importantes beneficios para su salud y les permite cuidarse a sí mismas.
Estas son las 8 principales razones por las que las mamás deberían realizar ejercicio:
1.Reduce el estrés
Todas las madres tienen la tendencia a sobrecargarse de actividades y a preocuparse constantemente por mantener organizado el hogar, el trabajo y los hijos. El ejercicio es una gran manera de desconectar durante un rato de la rutina habitual y poder reducir el estrés. Poder desocupar la mente durante una hora y focalizarla en la salud del cuerpo ayuda también a liberar sentimientos reprimidos, a aflojar y estirar los músculos y reactivar el metabolismo. Además permite liberar más endorfinas y aumentar la sensación de bienestar. El ejercicio es una distracción que ayuda a liberar tensiones y a mejorar el estado de ánimo.
2. Conectar con el cuerpo
Cualquiera que sea la actividad física realizada, permite ponerse en contacto con el cuerpo y conocerlo mejor. Estar en sintonía con el organismo ayuda a detectar con mayor claridad cualquier problema de salud o dolor que pueda sufrir el mismo. Además, nos enseña a conocer su funcionamiento y a poder analizar los movimientos de las articulaciones, las necesidades de nuestros órganos y músculos y hasta nuestras limitaciones.
3. Descansar de los niños (y de todo el mundo)
Todos necesitamos un descanso alguna vez. Realizar una actividad física fuera de casa, es una de las maneras más efectivas de evitar que las obligaciones o actividades familiares recaigan sobre nosotros. Si bien es posible entrenar con la pareja o con los hijos, también es cierto que un momento personal y lejos de la cotidianeidad ayuda a relajarnos y a descansar. Lo más aconsejable es sumarse a algún grupo de entrenamiento o llamar a una amiga para dedicar al menos una hora a practicar deporte lejos de casa.
4. Combatir la depresión postparto
Una gran alternativa para luchar contra la depresión postparto, es realizar actividades que carguen de estímulos y señales positivas al cerebro, para poder así liberar hormonas a nuestro cuerpo y comenzar a sentirnos bien. Correr, hacer pilates o yoga son grandes opciones para empezar a armonizarnos y a conectar con esta nueva vida y con el estrés de la maternidad.
5. Priorizar las necesidades personales
Lo más común de las mamás se que preocupen y ofrezcan cuidado a todo el mundo y en todo mometno, ignorando incluso, sus propias necesidades. El ejercicio es la manera perfecta de cuidar de uno mismos y además, un gran ejemplo para enseñar a los niños a cuidar de su salud y ocuparse de su cuerpo. Para poder estar 100% activos, pasar tiempo con los hijos e incluso correr, es necesario mantenernos saludables y en forma.
6. Mejora la confianza
El ejercicio ayuda a mejorar el aspecto de nuestro cuerpo y al mismo tiempo la forma en que nos vemos a nosotros mismos. La satisfacción de sentirnos mejor con nuestro cuerpo se refleja en los demás y principalmente suele ser percibido por nuestra pareja. Decidir comenzar a entrenar es excelente para obtener resultados físicos y además mejorar la autoestima y la relación con los demás.
7. Enseña a los niños a cuidarse
Al dedicar tiempo para entrenar el cuerpo y priorizar la salud, es transmite a los más pequeños de la familia, la idea de un estilo de vida saludable y la importancia de cuidarse a uno mismo. Además de la elección de alimentos sanos y de hábitos adecuados y saludables, es fundamental poder predicar con el ejemplo y demostrar que la prevención de la salud es indispensable. También es posible incluirlos en algunas actividades familiares, proponiendo caminatas, juegos que requieran movimiento, bailes o deportes durante las vacaciones y realizarlas de manera grupal.
8. Dormir mejor
Poder dormir suficientes horas al día es un privilegio que pocas madres pueden darse. Organizar a toda la familia, completar el trabajo, preparar a los niños para el día siguiente y todas las actividades de la rutina, impiden que se pueda conciliar adecuadamente el sueño. El ejercicio es una gran respuesta para este problema ya que ayuda a descansar mejor y a mantener el cuerpo cansado. Independientemente de las horas dormidas, entrenar a menudo permite que el organismo descanse más profundo y que el insomnio desaparezca.
¿Cómo evitar que ganen las ocupaciones?
Es lógico y comprensible que todas las madres estén ocupadas en la organización y el cuidado de todo. El cansancio que esto acarrea y lo difícil que es encontrar el momento indicado para hacer ejercicio, son algunas de las consecuencias por las que no se realiza ejercicio . De todas maneras, esto no tiene porqué ser una excusa, ya que el ejercicio no solo aumenta los niveles de energía sino que además es factible de realizarlo aprovechando situaciones cotidianas, intervalos, o bien, incluyendo a los miembros de la familia.
- Aprovechar los intervalos de tiempo: No es necesario realizar largas rutinas de entrenamiento en un gimnasio. Una forma de ejercitarse es creando hábitos de entrenamiento aprovechando los intervalos para hacer ejercicio. Por ejemplo, volver del trabajo caminando, realizar tramos en bicicleta o seguir una rutina en la televisión mientras los niños duermen.
- Incluir a los niños: Muchas mujeres no siempre cuentan con ayuda para el cuidado de los niños. Por eso, además de entrenar en casa, siguiendo rutinas en un dvd o en internet, también existe la alternativa de hacer ejercicio con hijos. Es posible inventar juegos que requieran suficiente movimiento, imitar animales, invitarlos a volver caminando del colegio o planear una excursión en bicicleta. Además de pasar tiempo con ellos, se aprovechan diferentes situaciones para mantenerse activos.
- Encontrar motivación: Para conseguir motivarnos y comprometernos con el ejercicio lo mejor es conseguir compañía. Además de estimularse mutuamente para cumplir con la actividad, es favorable para socializar con otra persona, conversar mientras se entrena y lograr desconectar. También es aconsejable recuperar algunas fotos o modelitos antiguos para que nos ayude a recordar el peso teníamos y deseamos recuperar.
- Ser realistas pero proponerse cambiar: Es importante comprender que los cambios y los beneficios son progresivos y llevan tiempo y dedicación. Más allá de los resultados, la actividad física debe servir para distenderse, divertirse y priorizar la salud. Además es necesario asumir el compromiso de modificar algunos hábitos sedentarios que pueden colaborar en gran medida con la mejora de nuestro estado anímico y de salud.
Evitar los ascensores, caminar al supermercado, utilizar menos el coche y subir más escaleras son conductas que deben ir incorporándose para que el cuerpo comience a adquirir mayor vitalidad y nosotras mayor confianza y menos estrés.