Es cierto que la sed es uno de los primeros signos de deshidratación, pero muchos de nosotros necesitamos hacer un gran esfuerzo para llegar a beber la cantidad óptima, por lo que beber durante el entrenamiento es todo un reto. No beber suficiente agua durante el ejercicio puede perjudicarte, impidiendo seguir el ritmo deseado en tu entrenamiento. Debes asegurarte de mantenerte hidratado cuando reconozcas alguna de estas tres señales:
FATIGA:
Si te sientes débil y fatigado al iniciar la sesión de ejercicios puede ser un claro signo de que no estas impulsando al cuerpo como es debido, no solo es necesario encontrar un perfecto pre-entreno sino que el agua también te ayudará a mantenerte con energía. Asegúrate de beber suficiente al menos 30 minutos antes y justo después de tu entrenamiento, en el caso que tu rutina sea más intenso asegúrate de tomar durante el entrenamiento.
CALAMBRES:
La falta de agua puede causarte calambres mientras haces los ejercicios, así que para que no te suceda bebe agua antes del entrenamiento pero de una manera controlada.
PULSO ALTO:
El uso de un monitor de ritmo cardíaco puede ayudarte a entender cómo tu cuerpo responde a la intensidad de tu entrenamiento. Si notas que tu ritmo cardíaco es más alto de lo normal, puede ser que estés deshidratado.
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