11 razones por las que las grasas de tu vientre no se están quemando

Prevenir o eliminar la acumulación de grasa abdominal es conveniente no sólo estéticamente sino para proteger la salud.

La grasa se deposita en el vientre de dos maneras. Por un lado, aquella que se encuentra en el tejido debajo de la piel (subcutánea) y que sólo modifica la forma del cuerpo. Por otro lado, la grasa que se encuentra en el interior del abdomen, distribuida alrededor de los órganos. Ésta última puede ser muy dañina para el organismo, provocando problemas cardíacos, resistencia a la insulina o colesterol.

Es por esto que quemar correctamente las grasas del vientre es fundamental para mantener una vida saludable. En algunos casos, la dieta y el entrenamiento no alcanzan a eliminar la grasa abdominal. Los culpables podrían ser las hormonas, la genética, la edad o algunos errores fáciles de corregir.

Debes saber es que NO se puede quemar la grasa especificamente de la barriga. No existen ejercicios específicos, ni productos que logren tales resultados. Se puede trabajar la zona abdominal de forma más o menos incisiva para que se tonifiquen y cojan forma. Por eso “eliminar grasa” como tal es un concepto mal utilizado y una idea que conlleva a error porque son muchas las personas que se matan a hacer abdominales cada dia y alegan que “no bajan barriga”.

Estas son 11 posibles razones por las que no se están quemando las grasas de su vientre:

1. Envejecimiento

Con el correr de los años, el cuerpo cambia la forma de ganar y perder peso. Tanto los hombres como las mujeres experimentan una disminución en el número de calorías que el cuerpo necesita para funcionar normalmente. Además de eso, las mujeres tienen que lidiar con la menopausia. Este cambio en las hormonas hace que las mujeres acumulen el aumento de peso en sus vientres. La buena noticia: se puede luchar contra este proceso.

2. Entrenamiento equivocado

Si bien los ejercicios cardiovasculares son necesarios y muy buenos para el corazón, por si solos no van a tallar demasiado el vientre. Es importante combinar ejercicios de manera que sean productivos para los objetivos que se plantean. Lo recomendable es alternar rutinas de intensidad y de peso con ejercicios cardiovasculares y de menor intensidad.

3. Exceso de alimentos procesados

La grasa que acumulamos en el cuerpo está relacionada con la inflamación. Los alimentos procesados son los encargados de producirla. Disminuir el consumo de pan, galletas, papas fritas, postres y bebidas azucaradas ayudará a evitar la inflamación. Por el contrario, los alimentos naturales como frutas, verduras y granos enteros poseen propiedades antiinflamatorias ayudando a prevenir la grasa abdominal.

4. Consumo de grasas malas

Los diferentes tipos de grasa no repercuten en el cuerpo de la misma manera. Por lo general las grasas saturadas tienden a aumentar la grasa visceral. Pero existen otras grasas que tienen efectos antiinflamatorios y son menos dañinas. Las monoinsaturadas, presentes en el aceite de oliva y el aguacate, y las poliinsaturadas, que se encuentran en las nueces, las semillas de girasol y pescados como el salmón.

5. Entrenamientos de intensidad insuficiente

El objetivo final del entrenamiento es quemar calorías y el entrenamiento intenso es el que mejor se encarga de eso. Para quemar la grasa abdominal es necesario realizar ejercicios que representen un verdadero desafío para el cuerpo, y así poder quemar más grasa en menos tiempo.

6. Ejercicios equivocados

Realizar solamente abdominales no es la solución. Lo aconsejable es realizar ejercicios funcionales que utilicen los músculos abdominales, la espalda, la pelvis, los oblicuos y otras partes del cuerpo. Estos ejercicios ponen en funcionamiento más músculos por lo que queman más calorías mientras se están realizando.

7. Estrés

Cualquiera que sea el motivo, el estrés puede ser un factor muy importante para impedir que se baje de peso. Además de la gran cantidad de calorías consumidas debido al estrés, su hormona cortisol puede aumentar la cantidad de grasa que se aferra al cuerpo, agrandando las células grasas.

8. No dormir suficiente

Así como el estrés puede provocar mayor acumulación de grasa en el vientre, las horas de sueño también puede afectar en gran medida. Se recomienda dormir entre 7 y 8 horas por noche, ya que dormir menos aumenta las posibilidades de ganar más peso.

9. Predisposición genético

La distribución de la grasa depende también del cuerpo de cada uno. En aquellos organismos donde la acumulación de la grasa se haga en mayor medida alrededor de la cintura y la cadera, su eliminación se verá un poco más complicada, aunque no es imposible.

10. Enfermedad

La dificultad para perder peso puede estar relacionada con alguna patología o mal funcionamiento. Los casos más comunes son los niveles de testosterona altos (por ejemplo en el síndrome del ovario poliquístico), obesidad, prediabetes o diabetes.

11. Desmotivación

La reducción de la grasa del vientre requiere de una dieta específica y baja en calorías y además de un entrenamiento intensivo, tanto cardiovascular como de peso. Trabajando de manera comprometida es posible vencer la genética y lograr el objetivo.

Identificar estos posibles errores permite evitar cometerlos y poner el foco en el objetivo. Muchas veces se trabaja únicamente sobre los abdominales centrales, olvidando los oblicuos o los bajos. Es por esto que, además de la dieta específica y el entrenamiento adecuado, es importante no olvidar trabajar todo el cuerpo y descansar lo suficiente para que el cuerpo pueda responder correctamente.